Preso y poseido. Victima de mi propia mente creativa. Anzuelos que se estiran hacía la soledad en mi equivocada lucha continua.
Sin llanto en el que refugiarme por todo el tiempo perdido que pase buscando respuestas a mi tormento. Tímpanos que estallan dentro de mi puta piel. Un pago carísimo por algunos excesos y un poco de Arte. La incomprensión de un mundo encarnecidamente tozudo que me hierve en la luz. El puto murmullo de los horarios ensamblados como finas agujas que se clavan en la espalda. Ya perdí el miedo, y me quedó solo esperanza. Ya pierdo la esperanza, y me queda solo asombro. Ya pierdo el asombro, y reconozco cada uno de los fantasmas de mi puta mente que se equivoca con algunos estímulos. El puto estrés envenena los pensamientos y me convierten en un cobarde aunque astuto Guerrero.
No se si voy a soportarlo más. No puedo dar garantías de ello. No se si puedo soportarlo más. No creo que pueda disimular ni un segundo más.
La herida sanó hace tiempo y, con ella los miedos. Pero han vuelto a verme para llenar con palabras y risas tercas los pequeños espacios de aire que recorren cada parte de mi cuerpo. No puedo seguir despierto ante está extravagante realidad que no es. Tal vez canalizarla en pompa de oxigeno liquido sea la única provechosa conclusión de algo tan tremendamente atroz. Sin miedo al miedo atado a un reloj. Sin vida en hielo atado a un vaso frío. Estoy perdiendo perspectiva y, la razón de ser es lo menos creativo que se me ocurre. No se si aguantaré muchos más asaltos como éste. El miedo se convierte en soberbia y un abrazo en roce. No quiero seguir jugando ha este juego de sonámbulos. Que se pare la ruleta y que marque mi destino herido de abandonos. Y ésto que no explota.
Me quiero ir de éste hueco Eco.
Me quiero ir de éste hueco Eco.
Pensandolo bien, ésta extravagante realidad que no es…es.
Son como anzuelos. Anzuelos que me tiras.
Cloacas pervertidas…
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