¡Descalzad vuestras manos!

¡Escuchad vuestros aromas!

¡Saboread vuestras palabras!

Entrad sin prejuicio alguno, pues lo que es blanco aquí puede ser negro, y lo que es cuadrado podría ser redondo… ¡Pasad!, qué el oído os guie y la mirada no os confunda, pues la delgada línea que separa la razón de la locura tensa las emociones que habitan en Locurarte. Todo es posible. Palabras mudas que hablan en sueños, melodías sordas que gritan solas, ideas tímidas que iluminan el firmamento… Todo es posible en Locurarte. Un universo tan fértil que hasta las miradas cómplices de los poetas se ruborizan cuando miran en su interior.

¡Franquead este pórtico!, y sentiréis la cálida visión de un universo único, tan extraño y bello como un trébol de cuatro hojas… y es que todo es posible en Locurarte. Guitarras etílicas que tañen versos sin tiempo; palabras embriagadas de silencios que construyen cadencias. El arte y la locura; qué paradoja, ¡o no!, quién sabe. Así es la lisérgica sensación que inunda el espacio inabarcable que comprende Locurarte, mágica apoteca en la que este poeta sin tiempo mezcla las emociones humanas. ¡Pasad!, qué el oído os guie y la mirada no os confunda, porque todo es posible en…

¡Descalzad vuestras manos!

¡Escuchad vuestros aromas!

¡Saboread vuestras palabras!